Confieso que éste es un tema del que adolezco de mínimos conocimientos para justificar una opinión, más allá de poder comentar la impresión que me causa cuando leo alguna noticia relacionada con la energía nuclear.
Parece, por lo que dicen los expertos, que estamos en el principio de la escasez de determinadas energías y que necesitamos sustituir algunas fuentes energéticas por otras que sean sostenibles e inagotables.
Tengo la impresión que el Gobierno español está preso de sus incoherencias en relación al futuro de las energías. No sabe, o no quiere, o no puede elegir el camino de futuro para resolver el problema energético que amenaza al mundo.
Mientras, en Europa parecen preocupados por encontrar una solución. Nuestra vecina Francia ya anunció en 2022 la puesta en marcha, a lo largo de los próximos 20 años de 14 nuevos reactores nucleares. en Francia.
En el Consejo Europeo, celebrado recientemente en Estocolmo, Francia ha tomado la iniciativa de liderar una alianza a nivel europeo para defender la energía nuclear.
Países como Bulgaria, Croacia, Finlandia, Hungría, Países Bajos, Polonia, República Checa, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia han acordado la puesta en marcha de esta alianza.
Una de las razones para apoyar la generación de energía nuclear, que argumentan los once países de la alianza, es que las energías renovables pueden ser inestables y que se necesita una energía estable, sostenible y baja en carbono.
Tan sólo Alemania, Luxemburgo y España se han mostrado contrarios a la puesta en marcha de la alianza.
Desconozco las razones de Alemania y de Luxemburgo para no adherirse a la propuesta francesa, pero me sorprende la postura española.
España, como en otras muchas cosas, está perdida en sus politiqueos. No se manifiesta frontalmente contra la generación de energía nuclear, porque, supongo, es consciente del futuro de este sistema de generación energético, pero coquetea con el cierre de los reactores programados, para dar satisfacción a sus acuerdos con determinados grupos políticos.
España ni contempla la apertura de nuevos reactores nucleares, ni está considerando el cierres de los reactores programados.
En esta postura de indefinición sobre la generación de energía nuclear se posiciona como la única nación, a nivel mundial, que no sabe lo que quiere.
Mientras tanto, este quedarse a mitad de la escalera, ni sube, ni baja, no nos permiten avanzar de cara al futuro. Y lo que puede resultar más dañino para nuestra economía, seguimos elevando la dependencia energética de países como Marruecos, o la Rusia de Putin.