A pesar de las especulaciones, nadie sabe lo que pasa en El Bernabéu.
Foto de OK diario
Ni los periodistas. Ni los aficionados. Es más, ni los propios técnicos del Real Madrid, saben lo que pasa, cuándo se produce el fenómeno Bernabéu.
Ante el general desconocimiento de las razones que producen ese fenómeno de masas, que coincide cuando el equipo se encuentra al borde de la derrota y, en dos minutos, vuelven un resultado desfavorable. La mayoría, desconocedora del fenómeno, lo achacan a la suerte, a la flor, y a no sé cuantas cosas más.
Nada de eso ocurre. Lo que pasa, en el Bernabéu, es un fenómeno paranormal. Sí cómo has leído, es un fenómeno paranormal. Me explicaré.
Lo que ocurre, en el Bernabéu, es que el Real Madrid comienza a jugar con quince.
Eso se produce cuando el partido llega al minuto 88 con un resultado desfavorable, cuando un buen número de aficionados empieza a abandonar el estadio, cuando la mayoría de seguidores madridistas entran en un abatimiento, casi mortal. Cuando el entrenador decide, a buenas horas mangas verdes, renovar el centro del campo, sacando a los que deben escuchar las lagrimas y lamentos de los aficionados. Cuando concurren estas circunstancias, se produce el «fenómeno Bernabéu».
Ese fenómeno, que ni Roncero, ni Pedro Pablo San Martin, ni Juan Manuel Rodriguez, Ni Pedrerol, saben explicar, es el culpable de lo que pasa en el Bernabéu cuando faltan pocos minutos para la desolación.
Cuando llega el abatimiento general en el Bernabéu, surgen cuatro ánimas que habitan en los antiguos terrenos de Chamartín y se apiadan de la multitud, para sacarla de su dolor.
Son cuatro ánimas: La primera se encarga de meter el balón en la portería contraria, aunque el remate vaya camino del banderín de córner. Esta ánima se llama «gol-in» y es la responsable de que las otras tres se pongan en funcionamiento. Si «Gol in», consigue su propósito a tiempo, entonces se despierta «Publicona», que es la segunda de la ánimas, y se encarga de drogar a la masa, para que despierte de su tristeza y cante el podemíta «Si se puede».
Cuando la masa está enfervorecida, y la pasión se desborda, aparece la tercera de la ánimas. Se trata de una habitual, que actúa en casi todos los partidos. Se llama «Complacina». Ésta actúa, generalmente sobre el trio arbitral, que empiezan a sumarse a la fiesta y ven penalties en cualquier entrada del equipo rival sobre Benzema, o Vinicius, e ignoran las entradas de los Militaos, Carvajales y Nachos.
Por último aparece el refuerzo número quince del Bernabéu. Es la cuarta de las ánimas. Se llama «Alucina». Cae sobre el equipo rival y lo maniata de tal manera, que termina por convertirse en mero espectador del acontecimiento. Esta última ánima tiene un doble cometido. Primero, como queda dicho, actúa sobre el equipo rival y lo descoloca, y, a continuación, se vuelve sobre la grada para doblar el efecto de la «publicona», la segunda de las animas, y termina de alucinar a los espectadores, no solo en el campo, también en TV., con un barniz alucinógeno que recuerdan de por vida.
Pero Paris no es Madrid. Ni el Parque de los Príncipes, el Bernabéu. Allí no habitan ni «Gol-in», ni «Publicona», ni «Complacina», ni «Alucina». Allí hay que ganar el partido sin la ayuda de terceros. Allí se verá si el fenómeno es real o no. Si no existe el fenómeno, el Real Madrid conseguirá la 14 Champions. Pero si pierde quien será capaz de desmentir este comentario?