Los socialistas españoles no están conformes con la Constitución Española. Basta observar su actitud, ante el 44 aniversario de la misma, para llegar a la conclusión de que lo que quieren es cambiarla.
Ahora no les gusta lo que acordaron en 1978. Como, tampoco, les gustó la Constitución Española de 1931. Como no les gustará, ninguna constitución, que no sea para hacer pedazos a España.
Así son los socialistas.
Implantada la II República, con el anhelo de haber superado la monarquía, no fueron capaces de mantener un régimen democrático y trataron de imponer, junto con otros partidos revolucionarios, FAI, CNT, la revolución del pueblo español.
Del desastre de la II República son coautores y responsables. Con una Constitución hecha por republicanos, en la que se reflejaron importantes avances sociales, pretendieron implantar una revolución del estilo bolchevique.
No sólo fracasaron en su propósito revolucionario en el siglo pasado, sino que pretendieron arruinar a España para los años futuros.
A los socialistas hay que imputarlos, siendo Azaña, Presidente de la II República; Largo Caballero, Presidente del Gobierno y con Negrín, como ministro de Hacienda, de la II República, la salida de España, vía marítima, camino de Odesa, de 7800 cajas, en las que se transportaban 510 toneladas de oro, en su mayor parte fino y amonedado, que representaban el 70 % de la riqueza fiduciaria española. Del oro de Moscú nunca más se supo.
Con todo a su favor, perdieron una guerra. Pero no la perdieron porque el enemigo fuera más diestro en el campo de batalla. La perdieron porque sus políticas fueron erróneas. Porque su gestión en el gobierno fue desastrosa. Por que, les guste o no, el PSOE es un partido de oposición. Nunca de Gobierno. No es lo mismo protestar y hacer ruido, que conseguir.
El PSOE es así
Durante la dictadura de Franco no se sintieron españoles y pretendieron liquidar el régimen, tanto desde dentro, como desde fuera. Trataron de construir la leyenda del golpe de estado del general rebelde.
Aunque les cueste aceptarlo, los nacionales se sublevaron ante el desastre nacional, que tenían organizado. Ante los problemas de la sociedad española. Y no contra el régimen establecido.
Después de la muerte de Franco tuvieron acceso y participaron, en la elaboración de la actual Constitución de 1978, pero tampoco es de su agrado. Les gustaría una Constitución Federalista, para, de esa manera, minimizar todo lo español. Y que España no sea una, sino la suma de muchas regiones ingobernables.
En algún momento llegué a pensar que su comportamiento podría encontrar justificación en la Guerra Civil, o durante la época del Franquismo. Pero que va. Su odio a España viene de lejos, de mucho antes.
Porque el PSOE es así.
Si entonces se alineó con revolucionarios, ahora, lo hace con golpistas y terroristas. Si utilizó el GAl y la cal viva, contra el terrorismo, ahora cede la Guardia Civil a los mismos, como si una cosa no tuviera nada que ver con la otra.
Que mas les da.
Dicen que son progresistas pero lo que son, ni siquiera lo saben. Quieren gobernar para deshacer lo que ha llevado tantos años construir, porque para ellos la historia, no tiene valor, salvo que sea «su» memoria histórica.
Poco cambian a lo largo de los años. Ahora, si tienen que dulcificar la sedición, para conseguir el apoyo de unos golpistas, lo hacen. Aprovechan el el aniversario de la Constitución para anunciar que, también, adaptarán la malversación a lo que le pidan los golpistas.
No es que desconozcan los efectos que provocará la modificación del delito de sedición, o el de malversación, es que les da lo mismo. Además, si para ello, tiene que prostituir la Instituciones, en su favor, lo hacen y punto.
El PSOE es así.
Y por eso, han perdido el prestigio, la credibilidad y la vergüenza.