Creo que un número importante de españoles, sean socialistas o conservadores, está alcanzando altas cotas de hartazgo con nuestros políticos. Ahora, con Pedro Sánchez, que parece empeñado en hacerlo peor cada dia. Pero, antes y después nos pasará con los que vengan.
Y es que, cuando los políticos cogen la senda del deshonor, no hay nada que les pare. Se vuelven ciegos y con su ceguera retroalimentan su maldad
Y, el caso es, que esta ceguera, se contagia en la sociedad, y aunque me duela reconocerlo, algunas de las razones del estado actual de la sociedad española no son achacables sólo a los políticos de turno, sino, también, a la ignorancia y la estulticia de muchos de los españoles.
Una sociedad que, aparentemente, sabe de todo, de economía, de medio ambiente, de justicia, de futbol, de lo que le pidas, es ignorante para darse cuenta de lo que tiene enfrente de sus narices.
Y no me refiero a determinados niveles de la sociedad que, en principio, no están obligados a tener ciertos conocimientos, me refiero, a muchos de los personajes de nuestra vida política y sus alrededores, que viven de nuestros impuestos y que demuestran cada día su incapacidad y su torpeza.
Por citar un ejemplo, no es la primera vez que leo, o escucho, que la representación de los sufragios, que queda reflejada en la composición de las Cortes Generales, debe tener la misma correlación en otros estamentos que soportan el Estado. Es decir, que la misma representatividad de las Cortes, debe transferirse al resto de los poderes del Estado, especialmente al Judicial.
Bastaría con leer algunos de los artículos de la CE de 1978, para darse de cuenta de la barbaridad que ello supone.
En el Art. 66 de la CE se establece que las Cortes Generales representan al Pueblo español, y ejercen la potestad legislativa del Estado.
Es propósito de la CE, que las Cortes Generales, que tienen como misión aprobar los Presupuestos y controlar la acción del Gobierno, sea un elemento de control del Gobierno, ante quien debe responder solidariamente de su gestión política.
Este tema daría espacio para varias páginas más. Pues si es perniciosa la existencia de una mayoría absoluta en la representación, por su efecto rodillo, no podemos decir que sea mejor una representación débil, necesitada de apoyos, que obligue a concesiones impropias del interés general, en el que las minorías impongan sus preferencias.
Pero este no es objetivo de este comentario, el objetivo es significar la separación que debe existir entre los diferentes poderes del Estado.
En el caso del tercer poder del Estado, el Poder Judicial. La CE, en su artículo 117, establece que la justicia emana del pueblo español, administrada por Jueces y Magistrados, integrantes del Poder Judicial.
Algunos de nuestros políticos, y un buen número de sus seguidores, interpretan, erróneamente, la primera sentencia del mencionado artículo 117, al entender que, si la justicia emana del pueblo, lo razonable es que el Poder Judicial sea una transposición de la representación de las Cortes Generales.
Habría que poner atención en los verbos que utiliza la propia Constitución.
En su artículo 66, la CE establece que las Cortes Generales representan al pueblo español. Por tanto esa representación estará actualizada con los designios, que cada cuatro años, se pronuncia el pueblo español en las urnas, y así se refleja en las dos cámaras.
Sin embargo, el artículo 117, lo que se establece es quien es el titular de ese derecho. Donde radica ese poder: en la soberanía del pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
Y, a continuación, el mismo artículo 117, aclara quién tienen la exclusividad de su administración: Jueces y Magistrados, integrantes del Poder Judicial, independientes, inamovibles, y sometidos únicamente al imperio de la ley.
Después de esta mínima introducción, a cualquiera que no sea un fanático, le debería quedar claro que lo que hoy pretende Pedro Sánchez es un asalto a nuestra Carta Magna. No sólo con el nombramiento de jueces, o magistrados, a su antojo, sino dejando al Poder Judicial descontextualizado y fuera de todo significado.
Por eso los representantes del Poder Judicial deben ser acreedores del papel que les encomienda la CE y no permitir que ningún políticos, sea quien sea, se interfiera en sus principios.
Siento verdadera vergüenza de los Jueces y Magistrados que, después de tanto sudor como han derrochado hasta llegar a sus puestos, ahora se dejen manipular por un plato de lentejas.
Que conste que esta ambición, no es exclusiva de Pedro Sánchez, todos los partidos en el gobierno desde que Alfonso Guerra declarase la muerte de Montesquieu, han hecho oídos sordos de la Constitución Española, llevando el agua a su molino, conforme les ha interesado.
Por tanto lo que se nos viene encima es una época de hacer y deshacer lo hecho, de pulsos entre los unos y los otros, de reproches de, y tu mas, hasta que el pueblo español se harte y les obligue a cumplir la Constitución Española, dándoles la lección que se merecen.
Desafortunadamente el panorama no deja entrever una solución a corto. Tendrán que pasar varias generaciones para que nuestra democracia sea una democracia homologable.