Si el sentido común y la decencia no lo remedia, el Barcelona podrá inscribir a los dos jugadores para que jueguen el siguiente partido.
Si eso llega a suceder. Si eso es el resultado de un acuerdo político. Si eso es una imposición de los partidos independentistas al gobierno de España, entonces los clubes de primera división española deberían adoptar una postura de queja, y rechazo, que culminara con la convocatoria de una huelga indefinida hasta que se erradicara esa situación.
Estoy convencido de que los asuntos mas escabrosos, en relación con el independentismo y la amnistía de alguno de sus lideres catalanistas, no levantan ampollas entre la sociedad española como sería una intromisión de la política, a nivel de Pedro Sánchez, en un asunto tan sensible para los españoles como es el futbol. Por eso, creo que la mayoría de equipos de primera división estarían en la tesitura de convocar una huelga futbolística que paralizara los próximos partidos como reacción a una decisión al margen del deporte.
Sólo le fata a Pedro Sánchez agachar la cabeza con el catalanismo por una cuestión deportiva, para que los acontecimientos precipiten su salida de la Moncloa. Podría ser la gota que colmara el vaso de la paciencia de los españoles. Lo que no están consiguiendo los representantes de los partidos políticos pueden conseguirlos los aficionados deportivos.
Existe una expectación razonable sobre como se va a resolver el asunto. Pero son muchos los que piensan que, al final, los jugadores serán inscritos en la FEF. Pensando en ellos es lo mejor que les podría pasar, pues ninguno de los dos tiene culpa de que el Barça se encuentre en la situación en la que se encuentra.