Esto solo lo hace un tonto o un cretino.

No se trata de un fallo del protocolo del Presidente del Gobierno, es un detalle más de los propósitos de este sinvergüenza.

Hay que ser tonto, malo y hasta traidor para pensar que con este gesto, con el de su llegada tarde el día del desfile y con la «equivocación», en la recepción en el Palacio Real, está socavando los valores de la Monarquía. Eso solo encaja en la mentalidad de un envidioso, enfermo de ego, como es este Presidente.

Por muchos desaires que haga a la corona lo único que va a conseguir es que su futuro, por ese que quiere pasar a la historia, va a ser más complicado de lo que se cree. Está tan equivocado este hombre, que no es consciente de las consecuencias que le van a acarrear sus decisiones.

No se quien le asesora, si es la simple de su mujer, o es la Ministra de Hacienda, que vaya alhaja que es la andaluza. Sea quien sea quien le asesore, le están llevando por un derrotero peligroso. A lo mejor piensa que los españoles le vamos a dejar que cambie la CE a su antojo. Que España se va a convertir en un Estado Federal, por que él y sus socios independentistas lo planteen, y que vamos a renunciar a la mejor Monarquía del Mundo por que no le guste a él. Está «apañao», que dicen en mi barrio.

Pedro Sánchez está abusando de la democracia. Piensa que la mayoría parlamentaria le permite hacer lo que le dé la gana. Y no es así. La separación de Poderes establece el equilibrio del Estado y sus instituciones. Así que, por el simple hecho de tener unos acuerdos, que están sangrando a España, que le dan una mayoría parlamentaria, no puede poner a sus órdenes a las Cortes, ni al Poder Judicial, ni al resto de las Instituciones del Estado. Tanto abusa de la democracia, que desprecia a las minoría como si fuera un dictadorzuelo.

Con este comportamiento se va a llevar una lección de órdago a la grande. Los españoles, permítanme que me arrogue tanta representatividad, estamos hartos del Pedro, el ambicioso y de su socios. Les queda lo que quede, hasta las próximas elecciones.

Hay una cosa que Sánchez parece no querer tener en cuenta. Y es que, el pueblo español ha dado ya, en varias ocasiones, muestras de que sabe lo que quiere y que cuando tiene que elegir, no se equivoca. El último de los aciertos fue la CE de 1978 y no vamos a consentir que un pelagatos y cuatro mangantes deshagan lo que hemos decidido una mayoría casi unánime de los españoles.

Como digo, en las próximas elecciones, el pueblo español le va a dar una lección que no va a olvidar en su vida. Y luego la Justicia, independiente, tendrá que examinar todas sus fechorías para que reciba la reprobación jurídica que le corresponde, cárcel incluida, si fuera oportuno.

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