En su mejor momento de la legislatura la dirección popular embarca al partido en una incomprensible batalla interna que sólo puede suponer desgaste.
Así, como refleja la fotografía que encabeza este comentario es como deberían estar ambos personajes. Egea con la mascarilla puesta para que no se le escapen tonterías como la última. Y Casado con la boca cerrada para no estropear lo conseguido en Madrid.
No entiendo como, con tantos asesores, el PP no es consciente del camino que tiene que seguir. Le ha sido fantásticamente bien cuando su discurso ha sido serio y hondo, hasta el punto de que algunos votantes han vuelto a confiar, al menos en las encuestas, en el partido, como alternativa de gobierno.
Pero cuando las cosas parece que se habían encaminado, aparece el tontainas de Egea y lo echa a perder. No se da cuenta que un PP dividido, y con luchas internas, es lo que está buscando Sánchez. Creo que con lo de tontainas me he quedado corto. O, acaso no es de gilipollas, responder a Esperanza Aguirre, con los mismos argumentos que utiliza el PSOE cuando quiere darles en la cresta.
Si Casado quiere llegar a la Moncloa tiene que cesar a Teodoro Egea. Tiene que rodearse de gente como Almeida y Ayuso, que tienen un discurso claro y directo, tiene que aumentar su sintonía con Vox y conseguir que la Justicia sea independiente, de verdad.
Sus votantes lo están diciendo claramente.