Llevo algún tiempo diciendo que la sociedad española está enferma y no precisamente por la pandemia de Covid´19, no, está enferma por su actitud ante los continuos acontecimientos que ocurren a diario en nuestro País y su reacción ante ellos
No entiendo que el Bulo del Culo dé para tanta manipulación del progresismo y el recibo de la luz, con unos precios nunca vistos, no saque a la gente de sus casas.
La razón habría que buscarla en las oscuras maniobras que genera la izquierda de este País cuando se produce una noticia como estas. Ante un delito de odio, una agresión familiar, un tema de corrupción, una violación, resulta que el agresor, el corrupto, el violador es un facha de algún partido de derechas. Ya es casualidad que los únicos honrados y decentes sean los progres.
Pero cuando uno ha vivido algunos años sabe que la cosa no es así. Ni mucho menos. Son así las historias que se construyen desde la izquierda porque sus argumentos escasean y no tienen más recursos que la manipulación para alimentar una fe que se muere por momentos.
Afortunadamente, aunque despacio, la cuenta atrás ha comenzado. Estas historias ya no son aceptadas por una gran mayoría de los votantes de izquierda, que están avergonzados de ver como su ilusión se ha desvanecido al comprobar cómo sus gobernantes les mienten, les dan gato por liebre y utilizan su voto para mercadear a su antojo.
Podría sacar a colación algunos ejemplos que demuestran estas prácticas de Pedro Sánchez, de Carmen Calvo, del inefable Illa, pero sólo citaré el de ayer por ser el último – hoy estoy a la espera de un nuevo fake- . Se trata del ministro Marlaska, que, ante el Bulo del Culo, intentó elevar a categoría un hecho aislado para incriminar a Vox y a toda la derecha. Cuando descubre que la denuncia es falsa, y comprueba que se han quedado al descubierto sus vergüenzas, en lugar de disculparse ante la sociedad y dimitir si fuera honrado, trata de salvar su culo acusando a la policía de no informarle a tiempo, sabedor de que la policía le informaba cada veinte minutos, siguiendo órdenes suyas.
Cuántos casos como éste llevamos vividos en los últimos años? echen la vista atrás y se asombraran de la cantidad de situaciones parecidas. Sin embargo la sociedad, parte de la sociedad, mejor dicho, se las traga, hasta hacerse insensible. Por eso está enferma, y por eso, la mejor medicina son nuevas elecciones.