He visto pocos futbolistas con las cualidades que tiene el delantero del Real Madrid.
Para ser futbolista, hoy en dia, no se precisan aquellas dotes que exhibieron Amancio, Butragueño, Garrincha o Messi. Hoy se llevan jugadores que corren y pasan el balón con cierto criterio, por eso jugadores como Vinicius son una excepción en el mundo del fútbol actual.
Esas dotes, innatas, como las que tiene Vinicius, requieren de un tiempo de engranaje para convertirlas en eficaces lances del juego.
La velocidad por sí sola, sin dominio del balón, sin percepción espacial de donde se encuentra el futbolista, pierde toda la supremacía que representa ser más rápido que tu marcador.
Por eso Vinicius estaba, o está, en el camino de ir conjuntando su velocidad con su control de la jugada. Es cierto que en Benzema ha encontrado el pivote que necesita para enviar y recibir un balón en la proximidad de la portería contraria, pero, a pesar de su progreso, sigue perdiendo muchos balones de cara al gol. Es mayor la adaptación de Benzema al juego de Vinicius, y la proyección de Modric en las salidas de balón, que la mejoría personal de Vinicius, en el conjunto del equipo.
Tanto Benzema como Modric hacen lo que pueden para que el equipo se beneficie de las cualidades de Vinicius, pero es necesario que Vinicius progrese. Y ahí la cosa no parece mejorar.
Todos los entrenadores ya han tomado nota y disponen una marca especial para el veinte del Real Madrid. Al igual que los defensas contrarios tienen un plus de motivación cuando se enfrentan a Vinicius.
Esto debe entenderlo Vinicius, cómo lo sabe Ancelotti. Pero hasta ahora el delantero madridista parece no darse cuenta. Le falta la cabeza de Kross, o de Modric. Y tengo dudas de la pueda conseguir.
Vinicius no parece consciente de que se enfrenta a profesionales del fútbol, que necesitan evitar el ridículo para que sus entrenadores, y afición, sigan confiando en ellos. Y de qué de su actuación, en momentos claves como es enfrentarse al Real Madrid, depende el pan de sus hijos.
A veces, parece que Vinicius, cuando coge el balón, piensa más en la grada que en el resultado de la jugada. Busca la jugada más espectacular antes que la más eficaz. Y alguno de estos estos gestos resultan provocadores.
Por lo visto, hasta ahora, Vinicius no sabe controlarse. No demuestra el temple necesario de una gran figura, que juega en un equipo como el Real Madrid.
Ancelotti, que empezó bien, tratando de controlar los aspavientos de Vinicius, ha cambiado y se está equivocando, quizá para que el madridismo no le critique. Se ha puesto del lado de la protección total del futbolista, aunque, internamente, esté tratando de corregir a Vinicius. Yo creo que esta postura de Ancelotti no beneficia a Vinicius, al contrario, le reafirma en su posición.
Si Vinicius, obligado por el Real Madrid, no rectifica su actitud, seguiremos viendo mas de lo mismo. Más broncas, más llantos, más disculpas que no benefician al Real Madrid.
El ambiente girará en torno a si los árbitros deben proteger al delantero merengue, que es víctima de los defensas contrarios, poniendo el foco donde no tiene que estar.
Vinicius debe corregir su comportamiento, abandonando la tragedia de sus caídas y la provocación del público y de sus rivales, entre otras cosas, porque ese estilo no encaja con los valores del Real Madrid.
Sin embargo creo que las condiciones que rodean a Vinicius no van facilitar su cambio y, por tanto, Vinicius se quedará a mitad de camino. El madridismo necesita de un motor que encandile a la afición, y ese, sin Sergio Ramos, sin Cristiano, en el equipo, tiene que ser Vinicius.
Con la diferencia de que los citados no generaban conflicto con las aficiones rivales y la actitud de Vinicius Jr, los fomenta.