Poco a poco el Cholo Simeone va perdiendo el crédito que tan merecidamente había conseguido a lo largo de las últimas temporadas en el Atlético de Madrid.
Del juego del equipo ha desaparecido la presión asfixiante a que sometían a los contrarios, en casi todos los terrenos del campo. Del juego del equipo ha desaparecido la posición adelantada de la defensa que obligaba a los equipos contrarios a replegarse. Del juego del equipo ha desaparecido el dominio de la parcela central. Del juego del equipo ha desaparecido la creación de superioridad numérica en las bandas.
Estas ausencias, que en tiempo fueron las mayores virtudes en el juego del Atlético de Madrid, hacen que, en estos momentos, el juego del equipo sea tedioso, tendente a retroceder hasta posiciones peligrosas de cara a la portería propia, donde, por cierto, se juega tres cuartas partes del tiempo achicando balones. para , al final, terminar encajando el gol que ensucia el resultado.
Este panorama se pudo observar frente al modesto Girona. Lo de modesto sólo tiene cabida en relación a su presencia en la primera división, porque en relación a su juego es uno de los equipos mejor trabajado, con un sistema muy apropiado para enfrentarse a los clásicos sistemas del 4-4-2 de la mayoría de los equipos españoles. Su entrenador está tan convencido de jugar con tres centrales que no cambia su esquema ni cuando se enfrenta a un grande. Ahí están sus resultados.
Volviendo al Atlético, parece que Simeone no sabe jugar contra equipos que juegan con tres centrales. Lo vimos con El Chelsea; lo hemos visto con El Girona, en los dos partidos y hasta el Alavés y Sevilla, en la copa, le jugaron así. Y en todos los partidos Simeone ha estado mas perdido que el barco del arroz.
Lo que mas sorprende es ver como Simeone, que a lo largo de las últimas temporadas, reaccionaba con movimientos en el equipo capaces de contrarrestar los planes del entrenador contrario, ahora parece que no ve por donde van los tiros. No se si es que ha perdido la chispa que demostró sobradamente en el pasado o es que los jugadores tardan, cuando no se olvidan, de cumplir sus ordenes. Hasta se equivoca y/o precipita en los cambios: Quitar a Costa y a Griezzman , contra el Girona, faltando veinte minutos para el final con el resultado de 1-0, no tiene mucha justificación. Dejó al equipo huérfano de atacantes, por si ocurría lo que al final ocurrió, que el Girona empató el partido.
El caso es que, en ataque, las líneas juegan muy separadas. Es difícil ver al equipo abierto a las bandas, y casi excepcional vera la segunda línea entrando en el área contraria.
Quizá esté Simeone, pensando que con Costa en punta va a resolver los problemas goleadores del equipo. Necesita convencerse de que los carrileros, sean Vitolo, Correa, Carrasco, o quien sea, debe permanecer mas cerca de Diego Costa y no difuminarse en tareas defensivas lejanas del marco contrario.
No debería pasarse por la cabeza de ningún atlético que el problema radica en los objetivos planteados a principio de año de conformarse con estar entre los tres primeros, mejor dicho, ser terceros de la Liga española. Este objetivo valió en el pasado, ahora la situación del equipo permite competir por ganar todas las competiciones en las que participe.