Sánchez odio, o locura?

Creo que la mayoría de españoles tenemos un sentimiento de incomprensión hacía lo que está haciendo Pedro Sánchez. He dicho la mayoría de españoles, y a lo peor estoy confundido, y la realidad es distinta de la que yo veo, y resulta, que este País se ha vuelto loco y quiere la destrucción de la democracia, de nuestras instituciones y de nuestro estado de derecho.

La cuestión ya empezó con Zapatero. Vaya alhaja. Desde la presidencia del Gobierno de España, se propuso reescribir la historia de la Guerra Civil.

Hizo un trato con ETA, que obligó a Rajoy a taparse la nariz y a meterse debajo de la mesa. Con la cantinela de que lo que pretendía era acabar con la banda terrorista, lo que consiguió, fue el blanqueamiento de un terrorismo que se llevó por delante mas de mil víctimas, y hoy participa en tareas de gobierno, sin renunciar a su pasado.

Y lo que habían conseguido gobiernos anteriores, en la lucha contra ETA, lo quiso vender como mérito suyo gracias a sus concesiones disfrazadas de buenas artes y poder de convicción.

Su segunda gran obra, al margen del rollo de la memoria histórica, fue abrir la brecha entre los españoles, cargándose la convivencia que se había conseguido en 1978. Pero él, erre que erre, se empeñó en dividirnos y a fe, que parte de su objetivo, lo consiguió.

Zapatero no trabajó para acabar, ni combatir, el terrorismo. Su único objetivo fue la lucha contra Franco y contra el franquismo.

Por si hubieran sido pocos los devaneos del leonés, llegó Pedro Sánchez. Si el primero resultó ser una alhaja, éste parece que oposita a descerebrado.

Con todo lo que se sabe y lo que nos espera, la peor de mis conclusiones es que, Pedro Sánchez nos tiene a los españoles por tontos. No sé adonde mira, quizá dentro de su partido, pero que nos tiene por tontos, no me cabe ninguna duda.

Otra de mis conclusiones es que él se cree que ha venido a este mundo a resolver el futuro y que no hay mañana sin que él lo organice. Es decir, actúa como un dictador. Se cree iluminado y puede pasar de la mentira, al cambio de opinión, sin cambiar de vía.

A Pedro Sánchez las hemerotecas le traen sin cuidado. Ni la pandemia, ni el CIS, ni la economía, ni la inmigración ilegal, ni la amnistía, nada le condiciona. Porque él es casi un dios, o sin el casi, que está por encima de todas las cosas.

Cuando un presidente del Gobierno dice un día que la amnistía es inconstitucional y, al otro, que es necesaria para la convivencia, algo le pasa. O está loco, O es tonto, o se vende por un plato de lentejas. Quizá haya alguna otra consideración que a mi se me escapa, pero sea la que sea, este hombre- Sánchez- no debería seguir ni un minuto mas al frente del gobierno.

Comprendo perfectamente a Bildu, a ERC, a Juntos, a Podemos. Creo que están aprovechando el barbecho para sembrar sus simientes. A los que no comprendo es a los que votan socialismo, a los que siguen apoyando a Pedro Sánchez. Con lo que han despotricado de la dictadura de Franco y ahora callan ante la ignominia de un descerebrado que un día dice blanco y al siguiente lo contrario, con tal de seguir en la Presidencia del Gobierno.

Los españoles ni podemos, ni debemos consentir que se manipule la Constitución, y mucho menos como se está haciendo desde el Gobierno de la Nación. No se puede cambiar la interpretación de la CE a su antojo, ni se debería consentir que los tentáculos del Poder Ejecutivo manejen el resto de Poderes del Estado. Como ocurre con algunos miembros destacados de la judicatura que, con sus argumentos pretenden convencernos de que Mikel Jacsón era blanco.

Sánchez no quiere a una España: UNA, GRANDE Y LIBRE, Sánchez quiere una España Federal, por eso quiere cargarse la C.E. de 1978, como lo demuestra el trato que está dando a los independentistas catalanes. Después del reconocimiento de Cataluña como nacionalidad, vendrá el café para todos y Galicia, Andalucía, Castilla la Mancha, …….. Madrid será la última, seguirán sus pasos.

Sánchez quiere una República Federal para España, con él de Presidente, pero eso son palabras mayores, que los españoles no debemos consentir, por muchos cambios de opinión del descerebrado Presidente y sus socios de aventuras. Esas cuestiones dependen, exclusivamente, de la soberanía popular.

Los que vivimos en tiempos de Franco y vivimos ahora, no tenemos dudas. Se vivía mejor con aquella dictadura que con esta democracia progresista.

Estoy seguro de que este comentario no va a calar en ninguna conciencia y que algunos de los lectores, ni siquiera estarán de acuerdo, pero había que decirlo, alto y claro. Sanchez es peor que Franco, por mucho que le duela.

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